
de Hellmuth Costard
D 1970/1971
16 mm
El 12 de septiembre de 1970 es en Old Trafford un día soleado. El Manchester United se disputa un partido de liga contra el Coventry y gana 2 a 0. Una victoria sin grandes consecuencias, pues en esta temporada el Manu jugó un papel secundario en la carrera por la Liga inglesa. Sin embargo, de este partido se ha conservado un documento que sería único en la historia del cine y la televisión. Hellmuth Costard, uno de los directores de cine experimental más importantes del cine alemán durante los años sesenta y setenta, observó durante más de 90 minutos con ocho cámaras de 16 mm al jugador con el número 11, a George Best, el que fuera el símbolo del clásico extremo izquierda.
En esta película hay poquísimos planos generales. Las cámaras están dirigidas todo el tiempo a George Best, y sólo sus acciones y reacciones nos aportan información sobre el transcurso del partido. El balón se ve únicamente cuando está al lado de Best. Muchos enfoques están dirigidos solamente a George Best. En muchas ocasiones el espectador no sabe por qué o con qué fin la estrella de Belfast de veinticuatro años corre normal o en sprint, interrumpe sus movimientos, se queda parado o da la vuelta. Ni si quiera vemos el gol que transforma el marcador en un 2 a 0, sino sólo la preparación de Best. Después felicita a Bobby Charlton, por lo que podemos suponer que él ha metido el gol. Finalmente, las líneas del campo hacen suponer que Best pocas veces se encuentra en su propia área. Fußball wie noch nie es una película sin cortes, por lo tanto, utiliza métodos totalmente contrarios a los empleados en televisión. Los asistentes del estadio aparecen solamente en un segundo plano.
Lo que en un primer momento nos pudiera parecer un experimento excéntrico, se transforma a medida que avanza la película en una grabación lógica y plausible. Nunca antes el espectador había podido observar con tanta claridad los recorridos de un futbolista ni sus intentos por descubrir o "leer" el desarrollo del juego, ni había podido ser testigo del reparto consciente que hacía George Best de sus fuerzas. Sobre todo en la primera parte, espera más a que le venga el balón. A veces parece que está simplemente dando vueltas, con las manos en las caderas, otras parece que se está paseando por el campo, incluso el árbitro le adelanta corriendo hacia la portería contraria. Y entonces, de repente, como tras un primer gol, parece que sus movimientos exploten.
Fußball wie noch nie se ha convertido con el paso del tiempo en una película nostálgica, y no solamente por la importancia que los medios de comunicación le concedieron al deterioro de George Best, considerado un gran icono del fútbol. El fútbol ha pasado a ser un deporte que exige rapidez y preparación física como ningún otro. Hoy en día, cualquier entrenador de primera división cambiaría en el descanso a un jugador con ritmo de juego de George Best entonces. Seguro que la presión de la profesionalización no era tan despiadada como ahora. En esta grabación se observan pocas faltas provocadas con maldad y ningún jugador rueda por el suelo fingiendo dolor para provocar que le saquen tarjeta amarilla a su rival. Y ni que hablar cabe de la ausencia de discusiones con el árbitro ni del alejamiento total de los espectadores del campo, cosa que hoy sería imposible.
Los partidos de liga están repletos de agresivos charlatanes, y los reporteros les han acostumbrado a que se metan y den su opinión cada vez que pasa cualquier insignificancia en el campo. En Fußball wie noch nie no hay ni un solo comentario verbal. Cuando los jugadores en la película de Costard abandonan el campo tras el primer tiempo, parece que la cámara acompañe a George Best. A continuación vemos a la estrella delante de la cámara, mirando en dirección al objetivo, calmado, sin decir nada. Sin embargo, podemos decir que en este enfoque hay una comunicación audiovisual, una entrevista sin palabras. Si nos fijamos bien en la barba de George Best reconocemos sin mucha dificultad que esta pequeña secuencia no se pudo rodar el mismo día del partido.
El color verde del césped del Old Trafford cambia en las imágenes a un gris azulado desteñido como el azul pálido de las camisetas del equipo de Coventry, y el rojo del Manchester aumenta su intensidad, brilla, como si fuera un símbolo político.
Casi al mismo tiempo el grupo de documentalistas alemanes compuesto por Rolf Schübel y Theo Gallehr graba un enfrentamiento por mejorar las condiciones de trabajo. El título de su película es: Rote Fahnen sieht man besser. (Las banderas rojas se ven mejor). Fußball wie noch nie es una película en color totalmente convincente que, como entonces constató el periódico Frankfurter Rundschau, con su fijación en un solo jugador demuestra "que todo lo que ocurre es trabajo en equipo". Para un director con la conciencia política tan clara como era Costard y en el año 1970, esto tuvo que significar mucho.
Fuente: Goethe -Institut

No hay comentarios:
Publicar un comentario